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lunes, 23 de noviembre de 2009

Casanova a dónde vas, tu felicidad te llego

Y creo que al mirar tus ojos, me quedo plasmado en el espacio. En un universo en el cual solo encuentro armonía y paz. Un planeta en donde todo es más que amor y el sexo no prevalece del todo, un sitio donde mal viajarme es poco con la dosis que inyectas en mi sangre. Vaya es lo que pienso cuando te veo. Me pierdo en el alcohol para sacarte de mí, pero es inútil pues no hay cura para esta enfermedad. No es que sea un poco masoquista, es simplemente eres mejor dentro de mí que cuando estas afuera. Me pregunto que será de mi cuando salgas de este cuerpo...

La pregunta me lleva al extremo, tal vez desangrarme lentamente será una buena opción, o solo tomar una pastilla, todo se nublara y pronto en otro cielo podre aspirar. Pero no es lo mío, no me importa el morir. Solo me importa vivir el momento. Solo lo pienso, pero soy cobarde para ejecutar el plan estructurado. Pero valiente porque sigo vivo. Vaya mi cuaderno se termino es 13 de agosto y el día es frio.

Pronto me daré cuenta que es de mi

Pasaron los días y no sé nada de mí, de mi yo interno. Creo que me ahogue en el vacío, creo que al inhalar el aire puro, es intoxicarme cada vez más, pues no aspiro aire, es tu aroma que no sale de mí. Mi mente está en blanco, y mi cabeza en alto. Hay ruidos en todas partes, las paredes rojo sangre, ojos observando mis movimientos... es tu mirada. Creo que me desmayo... Despierto solo recuero una figura pero que eres, que quieres ¿Son tus ojos quienes me hipnotizaron y me envenenaron? o solo son estas drogas que ya no figuro con ellas.

Buenos días- es mi primera reacción, colores fuertes son el contorno de mi camino trazado en tiza multicolor. Creo que ya no estas, por fin brilla el día. Solo falta algo, encontrarme contigo una vez más para poder hablarte y superarte.
Caminando hacia "algún lugar" me topo contigo una vez más, mis sentidos me fallan, mis pulsos se precipitan, y mi mente pierde la noción. Juro que he estado en altas dosis de heroína, pero está en verdad es heroína. Con el solo verte todo es mejor y a la vez peor. Mejor: porque soy un masoquista, recolector de recuerdos y coleccionista de miradas tuyas. No soy acosador solo recuero un momento en un tiempo indicado cuando los dos nos moríamos en un solo cuerpo y nos consumíamos lentamente de amor. Peor: porque así recuerdo que simplemente mi vida ya no brilla como solía ser, soy alguien emocional piscis listo para nadar. Intento abrir la boca pero no puedo solo me trabo y ni ruido hago. Podre hablarte cuando muerto este.
Me salgo de mi camino trazado de tiza multicolor, ahora solo es negro, gris y blanco. Tal vez sea el camino más largo para llegar "algún lugar", pero es para poder esgrimir tus miradas que son como cuchillos filosos, y cortan poco a poco. Muero lento.

Rumbo hacia "algún lugar" me quedo pensando en una definición que se acople a mi situación. Masoquista describe a un tipo que le gusta hacerse daño el termino no entra en mi porque no me gusta hacerme daño, simplemente gozo el poder recordarte y todo tiene un precio. Como todo en este mundo ¿En verdad es bueno que sigas dentro de mí? ¿En verdad es bueno llevarte en dosis altas en mi sangre? me rio mientras camino y sigo sin encontrar una definición para mi situación.

Entro a un pasillo donde el corredor es largo pero hay algo en particular que me llama la atención una habitación, puerta de madera color verde fosforescente con el numero 2224 en el lado superior izquierdo. Abro la puerta con algo de temor. Enseguida entro y solo hay luz. Es algo que no tiene forma solo una boca enorme, labios bonitos que me recuerdan a ella, pintados de rojo. Al rededor caras de distintos colores. Y todas tenían algo en especial un número en la frente. Todo era distinto. No tenían bocas y tenían vendas en los ojos. Había en medio de la habitación una fuente de cantera color arcoíris. Con un letrero a lado que decía "háblame y todo será mejor, la felicidad es mi descripción".

-ay alguien ahí- dije con temor.

-"el bebe que nunca zarpo esta aquí" - la boca gigante sin forma contesto. Su voz era dulce conmovedora y me hacia simplemente sentirme en casa.

-¿que eres o quién eres? - pregunte con temor y a la vez con emoción.

- soy quien te otorgara la felicidad si lo deseas. - contesto.

Mire asustado a todas partes y respondí- tú no sabes nada sobre mi.

-"eres el Casanova que naufrago en el amor", y buscas algún antídoto para tu "enfermedad", que en verdad no es enfermedad solo la denominas así porque no sabes que es lo que te pasa. lo que te pasa es que te han roto el corazón y no tienes un motivo para brillar en un mundo cotidiano, no aspirar el aire que era bendito para ti, no estar en ese universo que le llamabas...-

-¡BASTA!-grite con mucha alteración.

-hogar- completo la frase que no deje que terminar.

Me solté a llorar y solo pude ver las caras que no tenían bocas y para evadir el tema pregunte. - ¿Porque tus caras no tienen boca?-

- solo son personas que se quedaron en la felicidad y nunca regresaron.- respondió con una gran sonrisa.

No le tome mucha importancia y mientras se secaban mis lagrimas que derramaba mire al techo de la habitación en la cual había una frase que decía "ignorancia norteada" recordé el momento en que yo ya no era dueño de ella, cuando me separe de ese mismo cuerpo, y caí a un mundo cotidiano, en donde solo me sentía mortal.

-y que se siente ser mortal- pregunto

-me leíste la mente es en lo que estaba pensando, simplemente es extraño ser importar en otro mundo y solo caer el cielo para formar parte de un mundo normal donde todo es irremediablemente cotidiano.- conteste con confianza.

- veo no la sacas de tu mente

- solo éramos una galaxia mas en este universo en el cual solo éramos 2 habitantes en un mundo donde todo felicidad. La luna, el sol, y las estrellas eran protagonistas de ese mundo. Pero simplemente todo se derrumbo, en cenizas todo se convirtió, y en un abrir y cerrar de ojos todo acabo. La felicidad se deshizo en el centro del sol. -baje la mirada

- ¿y a donde te dirijáis querido Casanova?

- hacia "algún lugar".

- vaya que la felicidad te llegue Casanova, pues en verdad te vez muy perdido -respondió sonriendo

- es lo único que quiero encontrar de nuevo mi felicidad - conteste

- entiendo. Crees en la magia Casanova?

Me solté riendo y conteste -no.

- si confías en mí, yo te podre entregar tu felicidad a cambio de algo que no te importe.

- me parece solo dime donde firmo- conteste con anhelo.

- con tu actitud me basta solo llega al final del corredor y a estará tu felicidad.

En ese momento la luz se hizo más brillante parecía el sol en vivo, me cegó por unos segundos cuando el calor era intenso como una lo había sentido. Y de repente no había nada en la habitación solo la frase en el techo que decía "ignorancia norteada".

Salí de la puerta y respire y dije: llegare "algún lugar" o encontrare antes mi felicidad. Seguí caminando pensando en ella y los momentos que marcaron mi vida, los momentos que no salen de mí, esos pequeños detalles que hizo mágico mi viaje antes de caer. Algo me hizo voltear atrás y vi que una línea roja me seguía. Cada paso que daba se hacía mas larga. Me apuntaba a mí. Me pare, me agache y la toque era sangre. Me levante y seguí mi camino a tres pasos estaba ella parada. No lo podía creer.

Su mirada como siempre, la sonrisa que me solía dar, en verdad vivía el momento, en verdad me llego eso que me hacia sonreír. Carajo que más podía pedir. Lo raro es que me sentía listo para hablarle. En el segundo que abría la boca recordé todo lo que hicimos juntos, todo lo que me enseño, todo lo que éramos antes de ser mortales, todo en todo es lo que era en ese momento. Los colores gris, blanco y negro se habían difuminado. Al fin claro todo estaba, ya no eran necesarios las drogas ni el alcohol. Pues creo que en ese preciso momento la felicidad me había llegado. Solo se escapo de mi boca un "hola" y fue más lo que tarde en pensar que en actuar.

Ella sonriente me miro como esa noche de agosto que éramos uno solo y había una ligera brisa que respaldaba nuestros problemas, ese día en que le prometí un para siempre. Esa mirada que me llevaba tiempo atrás a la locura y ahora lo hacia con el solo verla. Y respondió:

- "... muerto ya estas"

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